martes, 5 de febrero de 2013

¡A pasear!


¿Tiene usted perro en su casa? ¿Sí? Apuesto que lo quiere con locura, casi como a un hijo…o un hermanito. Hace parte importante de su familia y vela porque no le falten cuidados pero…
¿cuándo fue la última vez que lo sacó a pasear? ¿Ayer? ¿Hace una semana? ¿Hace un mes? ¿Más?
Casa por cárcel es básicamente la situación de cientos de mascotas.
Piense por un momento cuántas veces salen ud y sus familiares de su casa en un día. Muchas, seguramente. Piense ahora ¿cuántas veces sale su perro? Su adorada mascota es como un pequeño prisionero que debe esperar pacientemente a que ud decida sacarlo a dar un paseo. No conozco ser vivo que se emocione más con la idea de salir a la calle que un perro. El mío, al menos, entra en un frenesí y en un ataque de euforia que parece que en cualquier momento fuera a explotar de alegría. Salta, ladra, corre, se revuelca, me acosa….no le falta sino hablar.
Excusas es lo que hay para no sacarlos. Que hace frío, que estoy cansada, que tengo cosas que hacer, que me da pereza, que más tarde, que mañana. Póngase por un instante en las patas de su perro e imagine que su libertad y su momento más preciado del día dependen de la voluntad de otro, de otro que dice quererlo mucho pero que siempre encuentra un “pero” para no brindarle ese momento de absoluta felicidad.
Una vez afuera, disfrute con su mascota del paseo. No lo arrastre de la correa, no le grite. Téngale paciencia, déjelo orinar en cada poste, en cada arbusto, en cada cosa que él desee. Permítale saludar a otros perros, olfatear cuanta cosa se encuentra en el camino ¡tienen el mundo en la nariz! 
Eso sí, preste mucha atención a posibles desperdicios que pueda comer y hacerle daño, especialmente a comida en descomposición que suele haber tirada en la calle y que además de descompuesta podría estar envenenada. Y recuerde recoger sus excrementos, cuestión cívica básica. Es importantísimo también ponerle una identificación a su mascota pues no hay nada más desolador que un perro perdido.
Las mascotas no son un adorno, son seres vivos que al ser domesticados dependen totalmente de nosotros para satisfacer sus necesidades y una de ellas es salir. Necesitan hacer ejercicio, interactuar con otros perros, cambiar de ambiente, hacer lo que les dé la gana al menos por un rato. No les niegue esa oportunidad. Si decidió tener mascotas, asuma la responsabilidad completa y empéñese en darles una vida feliz que compense al menos en una mínima parte todas las alegrías que nos brindan día a día. No los encierre, no los amarre, no los maltrate. 
¿Quiere a su perro? Demuéstrelo. ¿No quiere o no puede cuidarlo como es debido? Búsquele un mejor hogar. Los animales son maravillosos, no los castiguemos con nuestra indiferencia y nuestro egoísmo. No son objetos. Tome conciencia y ¡a pasear!