domingo, 25 de octubre de 2009

Corazón Delator



Ira. Llena de ira me siento últimamente frente a la mayoría de cosas que me rodean, frente a la gente, frente a las frustrantes situaciones que se me presentan.
Me averguenza vivir en una ciudad donde se abusa del poder, donde se castiga arbitrariamente la libertad de expresión. No me siento ni cinco de orgullosa de habitar en un país en el que gran parte de la población apoya ciegamente un "mandatario" que tanto daño ha causado. Una persona que prefiere ocultar los síntomas de la guerra e invertir gran parte del presupuesto nacional alimentando ese circo de odios, sangre y corrupción en vez de apostarle, por ejemplo, a la salud y a la educación. País de gente intransigente y fanática de las modas a corto plazo. Creen ingenuamente que paz=fin de los grupos armados. No ven más allá de sus narices. No leen, no votan, no les interesa nada más que su micromundo de vanidades y conflictos de 3 pesos.

¡Qué calor! Qué maldito calor...y pensar que es culpa nuestra... y pensar que de aquí en adelante sólo empeorará. Me agota toda la paciencia ver lo poco que le importa la naturaleza a la gran mayoría. Me arde el cuerpo entero al ver cualquier forma de maltrato animal. Peleas de animales, circos, zoológicos, pájaros enjaulados, caballos abusados en las cabalgatas, animales mutilados, quemados, abandonados, golpeados, mantenidos en las peores condiciones etc etc etc...¡seres humanos hijos de la gran puta! y pensar que vivo en una ciudad donde ven como algo muy correcto las malditas corridas de toros..y olé y plaza y feria y ¡FUCK YOU! ¿Es que acaso no se les ocurre nada mejor que hacer que irse a disfrutar con el sufrimiento ajeno y celebrar cada gota de sangre derramada en la cochina arena? ¡Já! y lo peor es que se ocultan tras las excusas más pendejas para justificar su presencia y participación en semejante cochinada de evento. Karma.

Ojalá hubiera nacido varios años atrás. En épocas donde los jóvenes aún se interesaban por las cosas a su alrededor y lo hacían con conocimiento de causa y pasión y no por seguir tendencias de mierda. Épocas de artistas con pelotas, de políticos con ideas y mejores intenciones. Días con un consumismo más moderado, con prioridades mejor establecidas.

Se me retuercen las entrañas al ver personas, incluso más jóvenes que yo, drogándose con lo más abrasivo que encuentran en el mercado y, lo que es peor aún, haciéndolo sin ninguna intención aparte de quedar vueltos unos idiotas. Estoy totalmente a favor del uso de drogas y de la legalización pero defiendo un uso con sentido, con inteligencia, responsabilidad y moderación. El lavado de cerebro ha llegado a tal punto que la gente condena las drogas sin probarlas siquiera. "Eso es malo" ¿por qué? "porque sí" ayy ayy ayy Basta con hacerles caer en cuenta que el alcohol es una droga (bastante menos beneficiosa que el resto, por cierto) para verlos balbucear y enredarse en sus propios prejuicios. Go ahead...sigan viendo televisión mala.

La gente cobarde también me ha tenido muy aburrida. Gente que tira la piedra y esconde la mano. Incapaces de dar la cara, la voz. Gente indiferente al daño que causa su falta de pantalones, que no se da cuenta que sus actos y palabras pueden afectar a los demás. Escabullirse es lo que, aparentemente, mejor se les da. Y eso hacen.

Cansada estoy de estar detrás de ciertos amigos, que tal cosa, que tal otra. ¿No? Fine.

Ira. Ira. Ira.

¿Y qué voy a hacer yo?
Es complicado pasar de los lamentos y los gruñidos a la acción pero es absolutamente necesario. Es difícil saberme parte de las minorías en muchos aspectos y entender que ello me acarreará un ramillete de frustraciones y momentos amargos. Pero es eso o resignarse cómodamente (como hacen muchos/as) o venderse.

Prefiero cultivar mis principios, defender mis ideas, buscar fuentes más objetivas de información, encontrar maneras de involucrarme, de buscar soluciones. Así sean pequeñas contribuciones. Que al menos la conciencia quede tranquila. Que en 5, 20, 30, 60 años pueda mirar hacia atrás y tener la seguridad de que hice las cosas como quise, como mejor me pareció, que hice parte de las soluciones y no de los problemas y no porque una religión de mierda me lo ordenó así o porque decidí ser parte del rebaño a cargo del pastor-sistema, sino por convicción y moral propia.
¡Que así sea, carajo!
Me voy a bañar.


Daniela
25/10/09

¿A dónde volaría mi última oración, el último latido de mi azul corazón?



Hoy quiero quedarme solo, sin prender la luz...