martes, 24 de enero de 2012

Pessoa

Desde que supe el título, presentí que iba a gustarme...sospeché que sería uno de esos libros con los que uno se encarreta y de los que uno se enamora desde que lo está desempacando.
Son como 600 páginas...voy como en la 50 pero me he saboreado cada palabra, he disfrutado enormemente cada frase....hay capítulos que me dejan literalmente con la boca abierta.
¡Qué talento el de este hombre!
Hablo del "Libro del desasosiego" de Bernardo Soares (Fernando Pessoa).
Espero que siga igual de bueno.
Dejo 1 de los capítulos que más me han gustado hasta ahora ;)

Capítulo 10 de Autobiografía sin acontecimientos:

“Y así soy, fútil y sensible, capaz de impulsos violentos y absorbentes, malos y buenos, nobles y viles, pero nunca de un sentimiento que subsista, nunca de una emoción que prolongue y entre hasta la sustancia del alma. Todo en mí es tendencia para ser a continuación otra cosa; una impaciencia del alma consigo misma, como un niño inoportuno; un desasosiego siempre creciente y siempre igual. Todo me interesa y nada me cautiva. Atiendo a todo siempre soñando; fijo los mínimos gestos faciales de aquel con quien hablo, recojo las entonaciones milimétricas de cada palabra proferida; pero al oírlo, no lo escucho, estoy pensando en otra cosa, y lo que menos retengo de la conversación es la noción de lo que en ella se dijo, por mi parte o por parte de aquel con quien hablé. Así, muchas veces, repito a alguien lo que ya le había repetido, le pregunto de nuevo por aquello a lo que ya me había respondido; pero puedo describir, en cuatro palabras fotográficas, el semblante muscular con el que él me dijo lo que no recuerdo, o la inclinación de oír con los ojos con que recibió la narración que ya no recordaba haberle contado. Soy dos, y ambos mantienen la distancia -hermanos siameses que no están unidos.”

sábado, 21 de enero de 2012

sábado, 14 de enero de 2012

Trust

¿Qué tendrá uno que hacer para entender y aceptar de una buena vez la finitud?
¿Finitud de qué? De todo. De la gente, de las ideas, de las relaciones, de las cosas (materiales), de los sentimientos. De todo.
Creo que muchas veces estamos lejanamente conscientes del inevitable fin de las cosas pero la mayor parte del tiempo nos resulta más cómodo ignorarlo y en esa negación de la extinción radica gran parte de los problemas y dolores de cabeza que nos ganamos en el camino.
Últimamente, por ejemplo, he pensado mucho en la "confianza".
Todos alguna vez hemos sentido o, más bien, sufrido lo que venimos a denominar "traición de la confianza". Estoy llena de ejemplos propios y ajenos pero no vale la pena entrar en detalles. El punto es que esas "traiciones" podrían verse desde otro punto de vista. Si tenemos en cuenta que todo es finito, aquello que vemos como "traición" podría significar sencillamente el final de "esa" confianza específica. Me explico: Si le confío a alguien, por ejemplo a una amiga, un secreto y esa persona luego de X meses o años le revela ese secreto a alguien más, tengo 2 posibilidades de ver las cosas y de actuar. O considero la situación como "traición a mi confianza" y mando toda esa relación (en este caso de amistad) a la mierda...O asumo que "esa" confianza...la confianza depositada en esa persona respecto a ese secreto específico, llegó a su fin. La confianza nació, existió, se mantuvo y simplemente cumplió su ciclo y "murió". Y poniéndole algo más de fe y de práctica, tal vez incluso se pueda llegar a la civilizada (¿ilusa?) conclusión de que el hecho de que "esa" confianza haya muerto no implica que las "otras" confianzas depositadas en esa misma persona hayan terminado. Puede ser que esa persona siga siendo muy "confiable" para otros asuntos, o que haya otros secretos entre nosotros que aún mantenga o que incluso pueda volver a confiarle un secreto de la misma índole que reveló y lo guardará por mucho tiempo.
Esto es solo un ejemplo pendejo para ilustrar el hecho de que muchas veces juzgamos muy fuerte, somos demasiado radicales y, sobre todo en lo que respecta a relaciones personales, nos apresuramos a armar grandes tormentas por deslices de lealtad.
Que yo confiaba en ti, que me fallaste, que cómo pudiste, que jamás podré volver a creer en ti.....pero ¿por qué? Si todos la cagamos, si somos tan imperfectos, si todo es tan finito ¿por qué nos empeñamos en idealizar tanto la confianza?
Creo que es difícil poner en práctica este punto de vista pero creo también que hacerlo, y lograrlo exitosamente, nos evitaría muchas discusiones, muchas amistades y relaciones de pareja rotas y, nos ahorraría además los daños a terceros inocentes que terminan sufriendo nuestra falta de confianza en ellos por las supuestas "traiciones" que otros nos han cometido.
La confianza es finita, como todo....pero que termine no quiere decir que no existió o que no tuvo valor. Duró lo que tenía que durar (que no siempre coincide con lo que nos gustaría que durara o con lo que suponíamos que duraría).El ciclo de vida de las cosas está regido por otras fuerzas y circunstancias aparte de nuestros caprichos.
Eso sí, seguramente en el camino iremos descubriendo que "las confianzas" de ciertas personas tienen una vida media más larga que las de otras y con base en eso podemos ir aprendiendo qué confiarle a cada cual pero sin olvidar que, tarde o temprano, todas (las confianzas) se corromperán en mayor o menor medida.
¿Estaré desvariando?


D
14/1/12





domingo, 1 de enero de 2012

Cuando pase el temblor

He tenido mucho verde, mucho tiempo y soledad para pensar (y sentir) al respecto.
Me doy cuenta que mi cuerpo ya no te "pertenece". Sólo algunas partes aún creen ingenuamente ser "tuyas"...como mis manos en reposo, como mi frente, como mis pies.
Donde aún te encuentro constantemente es en mi vocabulario y en mi humor, al menos en aquel que construimos juntos. Hay varias palabras que me encharcan los ojos. Ya no me divierten, únicamente duelen.
Lloro todavía aunque cada vez con menos frecuencia.
Eres dueño y señor de los restos de aquello que yo llegué a considerar amor y dueño también de esos hierbajos de rencor que hago cuanto está a mi alcance para no dejar crecer.
Cada día pierdo más tus rasgos, tus olores, tu voz y tu mirada. Es como si te tuviera al frente pero lejos, a mucha distancia. Te reconozco pero ya no siento conocerte (siesquealgunavezteconocí).
Exorcizar me deja exhausta, frágil. Es triste encontrar tranquilidad en el vacío en lugar de encontrarla en un abrazo pero así son las cosas y cada día es más fácil aceptarlo...o resignarse.
Debo recuperar toda la mitad que irresponsablemente te cedí.
No existes. No existes. No existes. No existes.


D
1/1/12