lunes, 14 de abril de 2014

Gira-Sol




Gira-Sol

Eres una alegría sencilla y cotidiana
Un despertar gentil, una tibieza
Rayo de amor constante en mi cabeza
Cálido sol que envuelve la mañana.

Llegaste a mi jardín de forma extraña,
De tu infinita luz me hiciste presa
Un día sin tu amor no me interesa
Pues es una agonía lenta y llana.

Soy frágil girasol entre tus brazos,
Siempre a tu alrededor gira mi mente
Si algún día te alejas de mis pasos

Y soy solo una más entre la gente,
Recuerda cuánto amor hubo en mi abrazo
Que yo recordaré tu luz ausente.



D
14/4/14

domingo, 30 de marzo de 2014



Un beso de esos que son muchos besos cortos, uno tras otro….como si ninguno bastara para expresarte lo que siento por ti y siempre hubiera necesidad de más.

lunes, 24 de marzo de 2014

Vida



Tengo 25 años y a estas alturas no puedo asegurar qué quiero ni qué espero realmente de mi vida. Miro a mi alrededor y encuentro personas incluso menores que al parecer tienen todo muy claro, que están decididas a hacer esto o lo otro y no sé si sentir envidia o lástima de sus rígidas certezas. Estoy terminando una carrera eterna que no acaba de convencerme pues implica un grado de sacrificio y renuncia que no encaja con la mayoría de mis principios. No ha sido tiempo perdido pues he aprendido cosas interesantísimas, he conocido personas increíbles en el camino y supongo que como persona también he crecido. Me ha servido además para ir definiendo, al menos, lo que NO quisiera para mi vida. Ya en estos últimos semestres de carrera, en esta recta final, empiezan a surgir, entre compañeros, las discusiones sobre el futuro sueldo (salario), sobre si seguir estudiando o no, sobre las posesiones materiales que cada uno quisiera tener, sobre qué lugar escoger para vivir, en fin....sobre toda esa vida futura y adulta  que ahora se ve tan próxima. Sinceramente me siento cada vez más como un bicho raro en el lugar equivocado. Mis compañeros y futuros colegas hablan de sueldos millonarios, de ciudades grandes "porque allá están las verdaderas oportunidades" (¡já!), de casas y carros lujosos, de seguir estudiando sin parar y sin dudarlo; parece tenerlos sin cuidado no tener tiempo libre, endeudarse, alejarse de sus seres queridos, dejar pasar su juventud sin más ni más.
Por el contrario y aunque ya mencioné que no tengo idea hacia dónde voy exactamente, me convenzo cada día que pasa, que lo que deseo es mucho más sencillo y menos pretensioso. No me interesa ser rica ni famosa. Quisiera vivir en una ciudad pequeña, sino es esta en la que he vivido toda mi vida pues será una parecida, no aspiro a tener vivienda propia....si se da bien y si no, me conformo con alquilar un lugar acogedor, tranquilo, con vista a un parque o a un bosque, donde pueda tener plantas y mascotas. No quiero tener deudas (al menos no muy grandes), detesto los bancos y los créditos. Eso sí, quisiera viajar como loca.
El nivel de vida al que aspiro no tiene mucho que ver con prestigio y posesiones sino con calidad de vida.
Calidad de vida para mí es vivir en una ciudad lo suficientemente pequeña como para ir a almorzar a mi casa, tomar una siesta y saber que en 10 ó 15 minutos estaré de vuelta en el trabajo. Calidad de vida es tener un horario que me permita compartir una que otra tarde con mi pareja. Calidad de vida es tener libres las noches y los fines de semana para desconectarme del mundo y dedicarme a todas esas otras cosas que me gustan y que nada tienen que ver con mi trabajo: la lectura, el cine, el teatro, la escritura, la música, la naturaleza, el ocio, el sueño, hasta la cocina en algunos casos. Calidad de vida es tener a tu familia a un par de cuadras, es poder visitarlos con regularidad. Calidad de vida es poder disfrutar tu salario y no simplemente amontonar riqueza para que otros se la gasten por ti, es formar una familia (en caso de querer hacerlo) y tener tiempo para dedicarle.
¡Qué difícil es a veces reconciliar ciertas situaciones! Es como si la vida se burlara y te pusiera a elegir entre una cosa y otra cuando tú insistes en tener las 2. Es complejo no tener claridad sobre asuntos importantes a estas alturas pero, a su vez, la confusión me habla de energía, de caos bueno, del deseo de no conformarme ni resignarme.
Solo espero terminar siendo coherente con mis ideas, aunque sean sencillas y, a los ojos de algunos, quizá mediocres. Ojalá pueda leer esto en 10 ó 20 años y no decepcionarme.


D
24/03/14

sábado, 11 de enero de 2014

Pequeña queja de una retrógrada invisible

Los celulares (y aparatos parecidos) de hoy en día son la perdición de la comunicación. Irrumpen con la mentirosa imagen de simplificarnos y mejorarnos la vida pero en el fondo son macabros. Crean nuevas y falsas necesidades, afanes, obsesiones. Hipnotizan a su ingenuo portador, lo controlan. Todos los nuevos usuarios juran y rejuran que a ellos no les va a pasar....que ellos sí sabrán controlar sus impulsos, que no se volverán groseros y maleducados con la persona que tienen al frente por prestar atención a su celular. Bullshit! Todos caen. Y es que seguramente es una dulce tentación que nosotros, los "retrógrados" que aún no tenemos un bicho de esos, no entendemos. Mal, mal, mal. Es increíble ver en lo que se han convertido las reuniones de amigos, de familia y hasta los encuentros de pareja. Hay mucha tela por cortar al respecto pero ¡qué tedio! Estoy segura que todos hemos sido víctimas alguna vez, todos saben de qué hablo. Como si no fuera suficiente el daño que le han hecho los benditos aparatos a nuestra comunicación y a las relaciones interpersonales, aparece de repente el maligno autocorrector. Noooooo. Ahora los mensajes y las conversaciones están plagadas de incoherencias, de estupideces, de palabras intrusas que tergiversan las ideas y arruinan el sentido de las frases. El autocorrector elimina la seriedad de una discusión, despoja de todo romanticismo un mensaje de amor, ridiculiza constantemente el lenguaje. "¡Ayy pero si finalmente entiendes lo que quiero decir!"  Claro que entiendo, ni bruta que fuera....con un poco de esfuerzo mental e imaginación reemplazo la idiotez que acabas de escribir por algo coherente según el contexto (anque a veces es imposible deducirlo dada la magnitud del absurdo) . Pero no se trata de eso. Se trata de que estamos maltratando enormemente el lenguaje y lo peor, ¡nos vamos acostumbrando!. Para los amantes de la literatura, de la escritura, de la ortografía es un ataque al corazón. Personalmente, siento una punzada de rabia y dolor cada que alguien con quien estoy charlando me manda  a la mierda un ratico por atender sus múltiples obligaciones celularísticas. Me vuelvo invisible sin más ni más. En cuanto al autocorrector, acepto que logra sacarme a veces una que otra sonrisa pero sinceramente empieza a rayar en lo absurdo y da lástima.

D
11/01/14

jueves, 9 de enero de 2014

Ocho de enero

Es ese vacío indescriptible, esa sensación de desgarro. Es la cara de tristeza profunda de mi hermana menor. Son sus ojos preguntando en silencio cómo pudo pasar algo así. Es mi madre que no grita, que aparenta tranquilidad pero que por dentro sufre un golpe más de la vida y de nuevo pierde lo poco que tiene y atesora. Son las ridículas coincidencias, las chapas forzadas, los cajones abiertos, las cosas en el piso. Son sus sucias manos en mi ropa, en mi perro, en mi casa. Son todas esas pertenencias que realmente no tienen mucho valor pero son mías, son nuestras, han sido conseguidas con esfuerzo y protegidas con ahínco. Es la violación del hogar. Ese lugar tan único, tan propio, tan sagrado. Ese pedazo de espacio donde solemos sentirnos seguros. Es saber que irrumpen sin remordimiento y toman sin derecho alguno lo que no les pertenece. Son los eternos "si (no) hubiera". Es la agresión cobarde contra ti y tus seres queridos. Es ver su cara de sorpresa y de dolor y no poder castigar a los culpables.Es la posibilidad de que hayan maltratado mi pequeño amor de 4 patas y si algo bueno ha de salir de todo esto, es el milagro de que aún esté en casa con nosotras y esté bien. Es la interrupción repentina de la sonrisa, de la alegría. Es la debilidad, la paranoia, el insomnio. Es ese por fin me pasó a mí. Es recordar la porquería de mundo en que vivimos y la calaña de personas con quien debemos compartirlo. Es la rabia, es la impotencia, es la impunidad. No es tragedia. Casi todo se recupera. Pero es esa sensación injusta y triste que se queda. Es ese sinsabor y estas lágrimas.

D