viernes, 3 de agosto de 2012

Humedad

Me muerdo la lengua hinchada de veneno. No me cabe la ira en mis pupilas y en mis puños cerrados. Vuelvo a sentir las medias empapadas, mis lágrimas cayendo de las nubes, amplificando el profundísimo dolor que experimenté en cada célula de mi cuerpo roto. Siento de nuevo de que manera la negativa me parte, me aleja para siempre, arrasa con lo bello, con el vínculo, con la fe.  Me anulé por un plural. Por el plural en que creí. Por el plural al que abracé con toda el alma. Maldito sea el día en que me abrí.
Que faltan piezas. Que en medio de tanto caos me desintegré y esto que logré reconstruir no se siente como yo. Que realmente no hay palabras....ni palabras ni nada que lo explique, que lo exprese tal cual.
Hasta cuándo, carajo.