domingo, 1 de enero de 2012

Cuando pase el temblor

He tenido mucho verde, mucho tiempo y soledad para pensar (y sentir) al respecto.
Me doy cuenta que mi cuerpo ya no te "pertenece". Sólo algunas partes aún creen ingenuamente ser "tuyas"...como mis manos en reposo, como mi frente, como mis pies.
Donde aún te encuentro constantemente es en mi vocabulario y en mi humor, al menos en aquel que construimos juntos. Hay varias palabras que me encharcan los ojos. Ya no me divierten, únicamente duelen.
Lloro todavía aunque cada vez con menos frecuencia.
Eres dueño y señor de los restos de aquello que yo llegué a considerar amor y dueño también de esos hierbajos de rencor que hago cuanto está a mi alcance para no dejar crecer.
Cada día pierdo más tus rasgos, tus olores, tu voz y tu mirada. Es como si te tuviera al frente pero lejos, a mucha distancia. Te reconozco pero ya no siento conocerte (siesquealgunavezteconocí).
Exorcizar me deja exhausta, frágil. Es triste encontrar tranquilidad en el vacío en lugar de encontrarla en un abrazo pero así son las cosas y cada día es más fácil aceptarlo...o resignarse.
Debo recuperar toda la mitad que irresponsablemente te cedí.
No existes. No existes. No existes. No existes.


D
1/1/12



1 comentario:

Anónimo dijo...

oh... how I long for this.