sábado, 20 de septiembre de 2008

Sobre inoportunos regalos de cumpleaños:



Verdad fulminante. No vale la pena seguir excusando la realidad. Esto es lo que somos ahora.
Hace días quería escribir sobre esta situación. ¿Qué estaba esperando? ¿Que las cosas cambiaran? ¿Que por algún motivo de un día para otro todo volviera a ser igual? ¿Que me mandara una señal? En realidad hubo una falsa señal, un resquicio de luz, la última vez que hablamos hubo un asomo del pasado, un quizá, una esperanza. Pero no. Es inútil seguir engañándome. Las cosas ya no son lo que fueron. No estaba entre mis planes llegar a este punto. Es muy extraño. Todo pasó tan rápido y ha pasado tanto tiempo aunque no lo parezca o aunque no lo hayamos sentido así. Años.
¿Ayudará en algo buscar razones, hechar culpas, exprimirnos los sesos en busca del punto de quiebre? No. Creo que ni siquiera serviría de aprendizaje para evitar una futura catástrofe porque todas las amistades son diferentes, porque las situaciones que en un caso pueden tornarse el principio de una avalancha en otros casos pueden pasar sin pena ni gloria. Sobre todo en mi caso, donde cada amigo que tengo es tan diferente de los demás (¡y eso que son poquísimos!) me parece que no aplica.
Ya ni siquiera estoy segura de que hubiésemos podido evitar este desenlace. Si vamos a ser sinceras, creo que la vida fue bastante generosa, creo que compartimos y logramos estar juntas más tiempo del estimado.
No quiero pensar que fue efímero, quiero pensar simplemente que tuvo su momento y que debo recordarlo así, tal como fue. Sin rencores ni reclamos. Tomar de ahí los buenos recuerdos y aquellas cosas que aprendí de usted o que aprendimos juntas y que indudablemnte me han ayudado a ser una mejor persona.
Hablando de personas. Usted es una mujer maravillosa.
De un modo u otro nos complementábamos. Siendo tan diferentes era de esperarse sentir atracción por ese otro lado desconocido y ajeno que encontrábamos la una en la otra.
Es increíble y es muy hermoso también, ver el grado de afinidad que puede lograrse con una persona tan opuesta pero quizá sea esa misma oposición la que condena esas relaciones al fracaso. Las dota de inmenso significado e intensidad, sí, pero las condena inevitablemente a una vida corta.
Al principio no entendía la razón de haber estado más cercanas cuando miles de kilómetros nos separaban y por qué luego se abrió esa brecha cuando únicamente nos separaban unas horas y, en algunas ocasiones, sólo unos cuantos metros. Me he respondido yo sola y jamás podré saber si estoy o no en lo cierto pero me parece una respuesta viable. Estábamos en la recta final y sé que ambas lo sospechábamos pero nos hacíamos las locas. Usted necesitaba más apoyo que nunca. Sentir que no estaba sola, que seguía estando presente, desmentir la fría teoría de los engranajes reemplazables, saber que aún nos preocupábamos, la recordábamos, la extrañábamos. Yo intenté estar ahí, intenté expresarle muchas cosas a pesar de mis trabas emocionales. Espero que al menos una pequeña parte de ese esfuerzo haya logrado cruzar intacto las distancias. Algo me dice que sí.
Me sentí tan feliz al recibir esa postal. Fue casi como la recopilación de todas las cartas, los dibujos, las "manualidades", los regalos, las conversaciones, las sonrisas, las confesiones, los secretos, los apodos, las experiencias, las decisiones, los recuerdos de casi 8 años. Tantos y tantos recuerdos.
¿Dónde pone uno todo eso? Y acá ya no me refiero sólo a esta situación sino a todas. ¿Son los recuerdos tangibles en realidad una mala idea? ¿Debería uno eliminar las asociaciones materiales y conservar únicamente las memorias mentales? ¿Es en verdad sano poseer tantos pedacitos del pasado guardados en cajas, cajones y carpetas? No lo sé, aún no logro decidirme, mientras tanto nos los toco. Ya veremos.
Es triste y doloroso, claro que lo es. Me quedará muy difícil olvidar lo que sentí esa tarde luego de nuestro corto, público e incómodo encuentro. Creo que fue ahí que lo supimos, o mejor dicho, que lo confirmamos.
Nada. Su vida continua y lo mismo hace la mía. Por caminos totalmente diferentes, en ciudades distintísimas, rodeadas de personas que seguramente no se soportarían. La bifurcación de intereses y proyectos de vida es abismal. No hay caso ni hay razón para forzar una cercanía y una compatibilidad que se desmorona días tras día.
No se me ocurre que más decir. Es una situación mucho más emocional que racional, obvio. Siempre tendré la posibilidad de agregar algo más así sea únicamente para aclarar las cosas en mi cabeza. No creo recibir una respuesta. Y el hecho de no recibirla no cambiará en nada la concepción que tengo de esta amistad.
Muchas gracias, por absolutamente todo. Lo mejor, sólo lo mejor para su vida. La quise mucho, aún lo hago e independientemente de lo que pase de aquí en adelante aún estoy ahí, aún puede contar conmigo.
Un abrazo, como aquel que nos dimos en las escaleras de su edificio a horas antes de partir.
Daniela
20/09/08

martes, 9 de septiembre de 2008

Crap


Hace mucho no me sentía tan apenada, tan arrepentida, tan equivocada.
Me hiciste llorar con tu mensaje. No sé si fue porque llegó en el momento equivocado o en el momento perfecto. Pero me atravezó cada palabra. I'm so sorry.
¿Por qué continuo evadiendo? te preguntarás. Y la razón es físico miedo. La razón es que no tengo una razón. No encuentro cómo justificar mi asqueroso comportamiento. No sabría qué decir para hacerte sentir mejor y me sentiría muy hipócrita envolviéndome en disculpas. No sé. También me haces falta. ¿Por qué putas será que uno no valora realmente lo que tiene sino hasta que lo ve peligrar? bueno..hay personas que ni en esos caso lo hacen...pero en fin.
No entiendo por qué soy tan idiota. No sé por qué he ido adquiriendo esa facilidad para dar la espalda. No sé en qué momento perdieron importancia las espaldas de aquellos/as que dicen sentir algo por mí y me concentré casi exclusivamente en una sola espalda. ( ¡Si al menos fuera la mía! pero no.) (Yoverécuántasvecesusolamismapalabraenunpárrafo.)


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Rellena de gelatina. Así me siento. Blandita. Débil. Distraída. Desarticulada. Inconexa.
Bomba. Bomba. Bomba. Perdí de nuevo la estabilidad, la confianza, las ganas, la noción. Siento como si todo en mi interior: ideas, pensamientos, sentimientos, recuerdos, decisiones, principios, percepciones, abstracciones...como si todo eso se hubiera "despegado" de su sitio correspondiente y ahora flotara y se mezclara caóticamente.
Latidos lentos y acuáticos.
Ondas de angustia e incertidumbre propagándose continuamente.
Y ese dolor...ese indescriptible vacío en el pecho tan cuestionante e incapacitante.
(El autor ha elimiando esta entrada.)
Quizá lo que más me duele sea ver cómo voy perdiendo refugios.
(El autor ha elimiando esta entrada.)
No es tan fácil luchar contra la naturaleza. Mi instinto de conservación me come a gritos.
(El autor ha elimiando esta entrada.)
Y como la ironía jamás puede faltar en mi vida.. justo ahora que quiero desconectarme de todo, que necesito desesperadamente paz interior, silencio, lo que tengo es trabajos pendientes, parciales, puercas exposiciones, cientos y cientos de páginas académicas por leer, familias afectadas, economías rotas, hemorragias de autoestima, relaciones pendientes, disculpas por ofrecer, reclamos que me gustaría se esfumaran, confusión/confusión/confusión.
Me duele el estómago. Me duele la cabeza. Me duele mi debilidad, en especial mi debilidad hacia ti. Me duele la incertidumbre semanal. Me encanta el hecho de que,al menos por definición, soy una ____ en estado terminal. Crueldad----> Amén.
Foto tomada de: http://www.flickr.com/photos/pequenasuricata/

Daniela
9/9/08

domingo, 7 de septiembre de 2008

Sorr-ow / Sorr-y


¿Cómo borrarte el recuerdo de mi ausencia?
¿Cómo secar este mar de desencanto?
¿Cómo explicar la razón de mi inconciencia?
¿Cómo contarte el por qué de tanto llanto?

Daniela
7/9/08