jueves, 10 de enero de 2013

No nací

Tamborileo sobre mi teclado, que por cierto está medio sucio, sin saber exactamente qué teclas hundir...qué escribir.  Varias ideas fugaces se pasean por mi cabeza, varios asuntos pendientes compiten perezosamente por la prioridad de ser plasmados....pero no sé qué pasa últimamente que me dan pocas (por no decir nada de) ganas de escribir....Algo de pesar me da porque sé que escribir es importante, porque sé que hasta cierto punto es necesario, que hace bien....pero no es gran tragedia tampoco porque como se dice vulgarmente "yo no nací para eso".....(como crees haber nacido tú y y por eso sufres tanto)....pensándolo un poco...yo no siento "haber nacido" para nada específico. Miro a mí alrededor y veo mucha gente supuestamente muy segura de amar sus profesiones, absolutamente convencidos de su vocación, con unos propósitos de vida y de trabajo tan claros que más de una vez he entrado en pánico silencioso porque yo realmente aún no tengo idea  "para qué nací". Muchas cosas me gustan, me apasionan....encuentro interesantes varias posibilidades, varios caminos de vida pero sigo flotando en esa incertidumbre cotidiana, en esa vacilación constante. Entre más avanzo y más leo y más viajo y más vivo y más converso y más escucho y más y más....más dudo.  Mantengo una relación de amor y odio con la carrera que escogí. Muchas veces no me veo estudiando otra cosa pero así mismo no me veo ejerciéndola tampoco.
Cada vez me gustan más los animales....los niños también me gustan, la educación...la enseñanza me parecen muy interesantes. De qué demonios estoy hablando.
No quiero parar de escribir....así sea solo por ejercicio...solo por..por
Viajé. Quería escribir sobre mi viaje pero no sé qué podría decir. No tiene sentido ni gracia describirlo....no es lo mismo para quién lo lee que para quien lo vive...no lograría transmitir ni la mínima parte de lo que fue. Pero algo habrá que decir al respecto.
Viajé 3 meses y medio por sudamérica con uno de mis hermanos menores (1 año menor), Martín. Hermosísimo y complejo ser humano, excelente compañero de vida y de viaje.  Viajamos a dedo y en bus (muuuuuuuuuuucho bus) por Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Nunca habíamos salido del país...fue nuestra primera vez y la hicimos valer. Nunca habíamos viajado los 2 solos, ni por tanto tiempo ni en esas condiciones. Fue increíble. Pasamos por toda la escala del 1 al 10 en cuestión de comida, de hospedaje, de gente, de lugares, de transportes, de olores, de emociones. Un día comíamos almuerzo de mil pesos que sabía a tierra...o a mierda...o a sal....y al día siguiente estábamos sentados en un restaurante carísimo, invitados por el dueño....pidan lo que quieran, no miren el precio. Empezábamos el día en la playa, al medio día estábamos en un desierto, en la noche en una ciudad capital.  Cada país con sus cosas...la gente recibiéndote con los brazos y las puertas abiertas, con la boca llena de historias, de opiniones, de anécdotas, de preguntas, los buenos deseos en el aire, la complicidad de los viajeros....de los que han viajado antes, los que están viajando y los que pronto viajarán. Los viajeros son algo increíble. Me di cuenta que definitivamente sí hay dos tipos de viajeros...los turistas, aquellos que viajan con reservaciones, con tiquetes fijos, con guías, con alquiler, con ropa muy limpia y grandes maletas. Turistas finos.   Y están, por el otro lado, los viajeros que se mezclan realmente con la vida...con la gente, con los sitios que visitan...los viajeros de poca ropa y poco itinerario. Son como una nación sin territorio...o mejor dicho, todo es su territorio. Son un país...gente de todos los colores, de todas las regiones, con todo tipo de pasados...de profesiones, de ideas. Te das cuenta que estos ciudadanos del mundo están por todos lados, los reconoces sin esfuerzo. Todos tan parecidos y tan diferentes a la vez...y todos con esa certeza de que la vida jamás será igual porque ya saliste, ya dejaste, ya te abriste. Viajar debe ser un continuo, debe ser una elección de vida (para toda la vida). Sales y viajas un poco...o mucho....y te das cuenta que te has equivocado en muchas cosas, que las prioridades deben ser otras, que no necesitas tanto. Los apegos pierden fuerza igual que el consumismo y el afán de tener, de poseer...las necesidades básicas son tas distintas a las de tu rutina normal...te ves convertido..te ves otro...cambian todas tus preocupaciones..te centras más en sobrevivir, es una sensación casi ancestral...cavernícola...es un reencuentro con los instintos, con los presentimientos, con la intuición. Y descubres que la gente se ayuda, la gente se apoya, la gente se quiere, confía. Incluso en ti que eres apenas un desconocido...un forastero...un extraño...un invasor. Aún así te sonríen y se entregan y te entregan más de lo que imaginas. Nos costó mucho entenderlo al principio. No son cosas fáciles de asimilar pero es bellísimo una vez empiezas a comprenderlo y a compartirlo. Conocimos gente absolutamente maravillosa durante todo nuestro recorrido y eso fue quizá una de las mejores cosas del viaje. En fin...haces un viaje así y te das cuenta que debes seguir haciéndolo, que viajar debe ser una prioridad en la vida de cualquiera. Muchas cosas buenas nos dejó este viaje, muchos cambios de perspectiva, de ser. Ah.
Me está costando mucho leer últimamente. Ninguna lectura me cautiva....leo por no dejar empezado..y a veces dejo empezado...cosa que odio. No sé si soy yo o son los libros que escojo.
Que falta de todo. Quisiera volver a escribir algo con hilo.
Fue suficiente. Suspiro y parto.

1 comentario:

Unknown dijo...

bonito tu estilo como siempre, muy personal, muy honesto y descomplicado, se nota que has crecido (para no usar el horrible término que es madurar) mucho.

que se yo, bajadas y subidas tiene el escritor (amateur o profesional) siempre, yo tuve una sequía de meses, también después de mi corto viaje, pero uno lo deja al tiempo y el espíritu asimila todo lo vivido y luego lo expone en textos y más textos sin que las referencias sean explícitas (esas sólo las sabe uno).

no se vos, pero a mi me funcionó volver al lápiz y al papel, desconectarme de todo y sentarme en mi puff a garabatear, a improvisar sin borrar o corregir en un principio para luego de re leerme decidirme a publicarlo en mi blog, al que espero de paso que sigas visitando, probá, intentálo, además es portátil, y podés hacerlo a cielo abierto.

por otro lado me gustaría leer tus crónicas de viaje, al menos para hacerme una idea más clara de todas tus chocoaventuras. yo tengo varias en borrador. eso es lo malo de escribir en papel, que en el proceso de "pasarlo en limpio" uno abandona muchos proyectos y textos

un abrazote, nos vemos en Abril.

Saludos a Miss Ficciones ;)

TQM

Leo Legris