Antes era como arrojar una piedra en un pozo largo y oscuro. No podía ver, pero podía escuchar el golpe de la piedra en el agua. Un golpe húmedo, indeterminado, profundo. Un "glup" que inundaba el ambiente de incertidumbre, de anhelo, de dudas, de dolor. Un golpe que reflejaba sentimiento, a pesar de todo.
Ahora es como arrojar la misma piedra al mismo pozo pero el golpe es seco y sordo. Ya no hay agua, ya no hay "glup". Ahora hay un eco vacío y el dolor es otro. Los pensamientos son otros.
Lejos de haber hallado paz, la cabeza se me llena de preguntas y los ojos de lágrimas impotentes.
D
9/12/13
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