Tristezas. De todos los tamaños y en todas sus presentaciones. Tristezas que marean y que nublan. Tristezas que resbalan por la piel y que la curten. Tristezas de amigos falsos, de (ex)novios tontos, de amantes crueles. Tristezas propias, recreativas y profesionales. Tristezas prehistóricas que adoctrinan a las jóvenes tristezas en el arte de lastimar. Y todas gritan...y todas duelen. Tristezas de ducha larga y puerta cerrada. Tristezas de oscuridad y de almohadas húmedas. Tristezas laberinto que no tienen solución. Tristezas dependientes de acciones ajenas ¡las peores!. Tristezas con memoria de elefante. Tristezas que me esperan adelante...y atrás...y a los lados...y a donde mire. Tristezas temporales y permanentes. Tristezas comunes y corrientes que ya habrán de naufragar. Malditas tristezas traicioneras que se escapan de su caja de Pandora siempre en las peores horas...las más inoportunas.
Se lloran, se aturden con canciones y se escriben. Algo de calma se recupera...y esta triste pasajera se puede al fin ir a acostar.
D
15/8/11
3 comentarios:
Ratushka,
Por circunstancias me siento muy identificada con lo que escribes hoy, te hago llegar el contrapunto al que recurro cada mañana para echar a andar el día.
Espero que te guste,
http://www.poesi.as/mbap083.htm
Las tristezas son como las alegrías pruebas tangibles de nuestra vida . Como el colorete que ponemos en nuestros labios para mostrarnos mujeres así el paso de las sensaciones por nuestra piel nos cantan mortalidad.
A MÁIS, gracias...el texto que adjuntaste me hizo empezar el día de buen genio :)
Patito, es cierto...las tristezas son tan necesarias en la vida como las alegrías. Esos ratos tan amargos suelen ir seguidos de momentos maravillosos que compensan y equilibran la balanza :)
Publicar un comentario