En 18 agitadas vueltas al sol que he dado.. nunca he perdido nada importante.
Por “perder” me refiero a la muerte y por “nada importante” me refiero a algo o alguien a quien realmente haya amado. Lo perdí a él, es verdad, pero esa fue una pérdida psico-emocional....más no física..y por esa y algunas otra razones que me reservo no tendré en cuenta ese caso a la hora de analizar este tema.
He sido testigo de la muerte de algunos familiares, también es cierto.. pero con ninguno de ellos había una conexión suficiente como para que su ausencia creara en mí un vacío.
No. Afortunada o desafortunadamente, no he sido víctima del sufrimiento que conlleva perder un ser querido, no he tenido que atravesar aquel largo y tedioso proceso de aceptación, entendimiento (ojo, no comprensión.. pues la muerte es demasiado complicada y misteriosa como para ser enteramente comprendida por seres tan limitados como nosotros) y recuperación al cual el común a decidido bautizar “duelo”.
Constantemente me descubro a mí misma pensando consciente o inconscientemente en la muerte, tratando de asimilar al menos un poco de su profunda y absorbente naturaleza.. formulando hipótesis sobre ese “más allá” que tanto atemoriza y atormenta a algunos y que atrae con morbosa curiosidad y fascinación a otros.
Y hoy puedo afirmar con increíble certeza (cosa extraña en mí) que estoy enamorada de la vida y que pretendo vivirla a plenitud y a mi manera.. pero que también ha logrado seducirme la muerte.. y el único miedo concreto que siento al pensar en ella es la forma en que sucederá..jajaja no me gustaría morir de una manera dolorosa..muy en el fondo, al igual que la mayoría de los mortales, albergo la cuasi-utópica posibilidad de acostarme una noche a dormir y no despertar al día siguiente..
Lo que no puedo dejar de preguntarme es ¿Cómo reaccionaré ante la muerte de los demás? Ante la muerte de aquellos seres que amo con el cuerpo y el alma y que definitivamente me gustaría conservar a mi lado indefinidamente..
La respuesta real no podré conocerla hasta no experimentar en carne propia la frustración, la impotencia y el intenso dolor que implica una pérdida importante.
Imagino que todo aquello (el fallecimiento, el entierro o cremación de los restos, el inicio y la relativa finalización del duelo), debe ser insoportablemente confuso, una mezcla de pensamientos, emociones y contradicciones de todo tipo..
Me queda claro que lo único que puedo hacer por el momento es imaginar..la cuestión es que las respuestas que hallo en una imaginación traviesa y absurdamente abierta como la mía, son en algunos casos muy poco confiables..y hablando de confianza..ese es otro tema delicado del que seguramente escribiré alguna vez...
Por “perder” me refiero a la muerte y por “nada importante” me refiero a algo o alguien a quien realmente haya amado. Lo perdí a él, es verdad, pero esa fue una pérdida psico-emocional....más no física..y por esa y algunas otra razones que me reservo no tendré en cuenta ese caso a la hora de analizar este tema.
He sido testigo de la muerte de algunos familiares, también es cierto.. pero con ninguno de ellos había una conexión suficiente como para que su ausencia creara en mí un vacío.
No. Afortunada o desafortunadamente, no he sido víctima del sufrimiento que conlleva perder un ser querido, no he tenido que atravesar aquel largo y tedioso proceso de aceptación, entendimiento (ojo, no comprensión.. pues la muerte es demasiado complicada y misteriosa como para ser enteramente comprendida por seres tan limitados como nosotros) y recuperación al cual el común a decidido bautizar “duelo”.
Constantemente me descubro a mí misma pensando consciente o inconscientemente en la muerte, tratando de asimilar al menos un poco de su profunda y absorbente naturaleza.. formulando hipótesis sobre ese “más allá” que tanto atemoriza y atormenta a algunos y que atrae con morbosa curiosidad y fascinación a otros.
Y hoy puedo afirmar con increíble certeza (cosa extraña en mí) que estoy enamorada de la vida y que pretendo vivirla a plenitud y a mi manera.. pero que también ha logrado seducirme la muerte.. y el único miedo concreto que siento al pensar en ella es la forma en que sucederá..jajaja no me gustaría morir de una manera dolorosa..muy en el fondo, al igual que la mayoría de los mortales, albergo la cuasi-utópica posibilidad de acostarme una noche a dormir y no despertar al día siguiente..
Lo que no puedo dejar de preguntarme es ¿Cómo reaccionaré ante la muerte de los demás? Ante la muerte de aquellos seres que amo con el cuerpo y el alma y que definitivamente me gustaría conservar a mi lado indefinidamente..
La respuesta real no podré conocerla hasta no experimentar en carne propia la frustración, la impotencia y el intenso dolor que implica una pérdida importante.
Imagino que todo aquello (el fallecimiento, el entierro o cremación de los restos, el inicio y la relativa finalización del duelo), debe ser insoportablemente confuso, una mezcla de pensamientos, emociones y contradicciones de todo tipo..
Me queda claro que lo único que puedo hacer por el momento es imaginar..la cuestión es que las respuestas que hallo en una imaginación traviesa y absurdamente abierta como la mía, son en algunos casos muy poco confiables..y hablando de confianza..ese es otro tema delicado del que seguramente escribiré alguna vez...
Daniela
19/04/07
5 comentarios:
Algo q experimentaremos algún dia, estamos exactamente en la misma situacion
He perdido unos cuantos familiares y amigos. Según lo que han significado en mi vida distinto dolor. Algo inevitable, pero que uno no espera.
Creo que a veces no es necesario la muerte para que haya duelo...hay gente que simplemente desaparece de tu vida..amigos que viajan y con los que pierdes el contacto...otros con los que peleas y se corta del todo la comunicación...divorcios, rompimientos..bla bla...todo eso implica que se lleve acabo un proceso de duelo..la intensidad y la duración de éste..obviamente depende de las personas involucradas, del tipo de relación que tenían y de la forma en que sucedieron las cosas...en fin..
el duelo vieja, también creo que no es exclusivo de la muerte, los cambios generan duelos porque buscamos siempre un tipo de seguridad en cualquier ambito,generan un vacio, una insertidumbre que no suele ser anhelada, sino más bien evitada...
y del resto de su blog, pues está bien chevere vieja, vea que si cumplo, ahi voy con los comentarios, ya he leido harto pero solo comentaré lo suyo, no sé creo que es porque me siento en confianza de criticar, aportar... asi no sea mayor cosa, ole espero responda y nada por ahi le dejaré otro
jajaja obvio sonsa...siéntase libre de comentar lo que quiera..a mí me interesa mucho saber su opinión..y el duelo..pues sí..es la cagada..me gusta su punto...todo cambio implica en mayor o menor medida un "duelo"...y bueno..sobra decir que ud y yo atravezamos ahora una etapa de muchas metamorfosis..y no son fáciles pero son necesarias... me alegra saber que es una más de las cosas que tengo el placer de compartir con usted..
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