sábado, 21 de abril de 2007

Magia calibre 32


14 colillas se encontraban ridículamente bien organizadas en su cenicero, una por cada año cumplido.Había pasado casi toda la noche en esa pequeña y sofocante cantina. Poco más de 54 metros cuadrados, en los que el humo de las desgracias ajenas, el perfume, desagradablemente dulzón, de las mujeres que se pavoneaban buscando clientes y el penetrante olor a humedad, creaban el ambiente perfecto para que naciera, de entre las sombras de aquel mal iluminado lugar, un sentimiento de desconsuelo y nostalgia.Abrió su pequeño maletín y apartando mazos de cartas, dados, aros, trozos de cuerda, pañuelos y algunos otros objetos, logró encontrar al fin lo que buscaba, el retrato de su padre. Era una pequeña y torpemente enmarcada fotografía a blanco y negro en la que aquel viejo héroe de su infancia lucía un hermoso traje de mago y sonreía maliciosamente mientras sacaba un conejo de su sombrero.- Nunca pude aprender bien ese truco- se burló tristemente el hombre para sus adentros. – Ni ese ni ningún otro de esos complicados e increíbles actos que lograban robarse aplausos y arrancarle exclamaciones a las bocas de tu multitudinario público, papá.Soy un idiota.- Continuo meditando en silencio. -Un fracasado. Paso mis días colándome en cumpleaños ajenos, pretendiendo sorprender esas ingenuas mentes infantiles con mis estúpidos trucos y en algunas ocasiones ni siquiera logro engañar su inocencia. Debo soportar siempre la humillación pues soy demasiado inútil como para aprender otro oficio que no sea este, que tú, pacientemente al principio y desesperadamente al final (luego de notar mi torpeza), intentaste enseñarme. Me pregunto si esos 3 metros de tierra que llevas ahora encima impiden que llegue hasta ti el olor de mi más asquerosa vergüenza, el penetrante olor del odio que siento por mí y por el resto del mundo, espero que sí.- La cuenta- Pidió con desgana al cantinero mientras guardaba de nuevo la fotografía.Acabó de apurar la sexta copa de un licor amargo y barato y se dispuso a abandonar el lugar.Pagó y salió apresuradamente, el choque con aquella inmensa oscuridad lo hizo detenerse un instante. Se aseguró de que nadie lo escuchaba y murmuró en voz baja:– ¿Deberé hacerlo esta noche?­ - Silencio. - ¿Deberé hacerlo esta noche? - Repitió, esta vez con una tímida desesperación en sus palabras. Y entonces, creyó escuchar una voz en su interior que respondía: “Sí, definitivamente”. Fue suficiente para él, tal vez no había logrado aprender los magníficos trucos de su padre pero a lo largo de su vida había aprendido secretamente y con notable facilidad a comunicarse con sus propios demonios y confiaba ciegamente en los consejos que de ellos recibía.2 cuadras lo separaban de su “hogar” y el cielo comenzaba a dar señales de querer desahogarse, así que el hombre apuró el paso.Entró a su casa y dejó su maletín al lado de la puerta, subió las pocas escaleras que lo separaban del segundo piso, abrió la puerta de su habitación y se encerró en aquel mohoso y reducido lugar que le había servido de morada durante los últimos 19 meses.Caminó directamente hacia su mesa de noche y sacó de uno de los cajones un hermoso Colt calibre 32 impecablemente limpio y bien conservado. Fue el último regalo que recibió de su padre y le consideraba el mejor de sus tesoros.Se acercó a la ventana mientras depositaba lentamente las 6 balas en el cilindro. Afuera llovía con furia. Se dio vuelta, cargó el arma, colocó el silenciador y quitó el seguro. Luego, sin dudar, apuntó al corazón y disparó.En el suelo, yacía, ahora sin vida, el cuerpo de su tercera esposa. La había atado y amordazado antes de salir esa noche hacia la cantina.Se quedó inmóvil unos segundos, le llamó la atención la manera cómo la sangre brotaba de aquella masa sin vida y dibujaba extrañas figuras ante sus ojos, era como si ese líquido rojizo y tibio quisiera decirle algo. Pero, una vez más, no podría tomarse el tiempo necesario para descifrar aquel mensaje secreto, era consciente de que debía actuar con rapidez y así lo hizo.Guardó el revólver en el bolsillo interior de su chaqueta, tomó su maleta que se encontraba sobre la cama (había hecho el equipaje luego de haber inmovilizado a su compañera) y salió de allí cerrando cuidadosamente la puerta tras de si.Subió al tercer piso y entró en la única habitación. Se sentó en el borde de la cama y acarició el cabello y la cara de su único hijo, fruto de su primer matrimonio. Éste se despertó al instante al sentir el contacto de la mano fría de su padre rozando su piel.-¿Practicaste tus trucos antes de acostarte?Aunque algo desubicado aún, el niño sonrió.-Claro papá, hoy me salió perfecto el de los dados.-Que bueno, me lo mostrarás en el camino. Es hora de irnos.El niño, a quien su padre había anunciado la noticia de un inesperado viaje algunas horas antes, ya tenía preparado su equipaje.Se levantó obedientemente, se puso los zapatos, tomó con una mano su maleta y con la otra la mano que aquel hombre le ofrecía. Al llegar al segundo piso, se detuvo un momento y mirando fijamente hacia aquella puerta cerrada preguntó:- ¿No viene ella con nosotros?- No.- Respondió secamente el padre.- ¿Por qué? Insistió el pequeño, pues aunque sabía que recibiría la misma respuesta que ya había escuchado en otras ocasiones, siempre le agradaba oírla de nuevo.- No viene con nosotros porque no pudo soportar la magia. Es algo que entenderás cuando tengas la edad suficiente como para que pueda regalarte la más poderosa de mis varitas. Con ella podrás hacer desaparecer lo que te lastima, con ella podrás ir aniquilando el pasado a tu antojo.Esa última frase la dijo en un tono tan inaudible que el niño no le prestó atención.Terminaron de bajar las escaleras en silencio. El pequeño estaba demasiado emocionado pensado en la clase de trucos que podría llegar a ejecutar con semejante varita.El hombre estaba concentrado consultando con sus demonios acerca del rumbo que deberían tomar, al tiempo en que recogía su maletín con la misma mano con la que sostenía su equipaje.Sin perder un minuto más, salieron a enfrentarse de nuevo con el destino y esperaron a que la calle escupiera un taxi mientras el llanto de aquel oscuro firmamento los empapaba...

Daniela
20/04/07

6 comentarios:

Anónimo dijo...

interesante relato!...yo pense q se iba a suicidar :S

Enakam dijo...

Buen relato. Intriga, suspenso, sorpresa!

daor dijo...

Ojalá el man se de cuenta que desaparecer su pasado y enseñarle ese truco a su futuro es la más grande de todas las magias. Esperemos que el hijo no se contagie de la nostalgia de su padre. Excelente loquita.

Ratushka dijo...

Anónimo: jajaja se supone que eso debía pensar el lector...veo que por lo menos contigo ha funcionado ;)

Enakam: Gracias!

Dieguero: Y la verdad yo lo del pasado lo pensé distinto..creo que no debemos empeñarnos en olvidar o negar el pasado...obviamente tampoco hay que quedarnos en él y sufrir por cosas que ya no están..debemos lograr un equilibrio porque a fin de cuentas es el pasado el que te ha hecho lo que eres, no? así que..hay que darle la importancia y el lugar que se merece..saludos!

Anónimo dijo...

Esta muy bueno, podría ser perfectamente la parte más interesante de un libro y usted la muestra separada de algo que guíe como una introducción o algo asi, porque no es necesaria, describe rapido pero no con simpleza,completo pero no largo..., hace que la descripción que toma a veces los primeros 3 capitulos de un libro, haga parte de la historia misma... no se si me entienda mucho, tengo problemas con eso... la cosa es que escribe una chimba vieja, me gusta mucho...(me hubiera gustado poner algo más, pero no logro ordenar mis ideas)

Ratushka dijo...

jajajaja ud es lo mejor monga... "pero no logro ordenar mis ideas" jajaja tenemos problemas serios con eso vieja, no?
en fin...chévere que le guste..pero...libro?...naa.. soy demasiado perezosa e inconstante para meterme en una empresa de ese tamaño ahora...tal vez más adelante jajaja..ole...que saludes de la pandilla viol.. y le mandan a decir a Ema que se porte bien y se deje conocer algo más que la lengua o sino.. jajaja un abrazo beibiii