martes, 8 de septiembre de 2009

Desparasitando-me


Uno de los únicos momentos en que quisiera tener un portátil (prefiero el desktop) es al momento de acostarme a "dormir". No es sino que apague la luz y me disponga a fulminar el día para que se me pasen por la cabeza todo tipo de imágenes, frases, ideas para escribir. Me da pereza volver a levantarme y me prometo que recordaré lo que estoy pensando y lo escribiré al día siguiente pero..¡mentira! al otro día o no le saco el tiempo o no me acuerdo ya, o pierden la magia aquellas ocurrencias. Es como si, al pararme de la cama, se me quedara medio cerebro pegado de la almohada (a decir verdad, creo que hay mañanas en que se queda todo pegado...días zombies..en fin..).

Y bueno, acá estoy de nuevo, sintiéndome mejor que en Agosto...oh Agosto de la malignidad...¡cuántos malos ratos!

Septiembre parece más amigable...pero no hay que confiarse tampoco...me dejaré sorprender.

Me alegra ser víctima constante de mis pasiones. Qué bueno es sentirse vivo...ni siquiera necesariamente bien...sólo vivo. Ira, alegría, depresión, hambre, sed, ganas, curiosidad, temor, frustración, cosas y más cosas para sentir a profundidad, para aprender, para recordar y reafirmar. Complicado, complicado se pone a ratos, es difícil lidiar con tantas cosas, mantener en orden mis caprichosas prioridades, tener presente lo realmente importante y no dejarme despistar por problemas sin fondo, por tristezas sin mayores contenidos...sinceramente no vale la pena permitir que las nimiedades te pisoteen la conciencia y el ánimo. Todos los "errores" son pasados...done, baby...done.. don't look back in anger (8)...de nada sirve...los golpes de pecho no sirven sino para hacernos daño y por estar mirando hacia atrás nos perdemos el paisaje presente. Para recordar.

Máquina perfecta: El cuerpo y todas sus partes, toda su magia. Cada vez más enamorada de mi carrera, carrera envuelta en ironías y lecciones de vida. Una-ma-ra-vi-lla.

Vida. Vida. Vida. ¿Por qué, por qué, por qué puede quererse tanto una persona? ¿Por qué los sentimientos retan constantemente nuestra inteligencia y se divierten al saberse indefinibles e incomprensibles?

Ahhh me encanta partirme la cabeza con abstractos deliciosos. Disfruto el mareo vital tan indispensable para nutrir la sonrisa y el deseo de permanencia, tan necesario para posponer una y otra vez el inevitable encuentro con el abismo.

No veo la hora de volver a entregarme de lleno a la lectura. La otra semana será.

Día de mucho calor y asuntos pendientes.
Tarde de nubes bipolares.

Me veo "obligada" a detener la música y a acabar esta entrada...el deber llama.
Daniela
8/9/09

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El deber me (lo) mama...

Digo, me llama.


xD

Ratushka dijo...

Jajajaja eso realmente lo haría más llevadero "masculinamente" hablando ;)