El poema quiere nacer en medio de la noche en la madrugada en el insomnio en la luz del día. Pero a veces la mano no obedece y el poema se muere. Hay que dejarlo ser escribirlo con uñas o sin manos con tinta o sin papel en paredes en coches en supermercados con una zanahoria escribir en un queso. Permítame usted su marcador se me muere el poema.
María Guerra
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