sábado, 12 de febrero de 2011

Cambio de planes


Te me cagaste la mañana pero no te hago ningún reclamo porque renunciar a la pataleta es uno de los precios que se pagan al involucrarse en relaciones así. Lo tengo claro y, aunque es difícil, pongo todo mi empeño en hacerlo bien, en adoptar mi rol de la mejor manera y en saber hasta qué punto llegan mis "derechos y deberes". Ahí voy practicando y aprendiendo.
Esto era justo lo que temía, justo lo que no quería....que te me volvieras la alegría de la semana, la recompensa principal, el anhelo del fin de semana. Por eso pensé mandarte a la mierda hace unos días. Pero echándole más cabeza me di (y me doy) cuenta que esa es la salida más fácil (sin ser fácil tampoco) y no necesariamente la mejor.
Lo que tengo que hacer es aprender a ser feliz otra vez por mí misma, recordar que mi felicidad no puede ni debe depender de nadie más que de mí....los demás aportan, claro..pero deben ser fuentes alternativas y complementarias, no la fuente directa y principal.
No me pidas disculpas...las disculpas no sirven para nada más que para poner el dedo salado en la llaga y para, de paso, restregarle a uno en la cara la impotencia del momento. En vez de pedirme perdón, si realmente te importa, haz algo.
Menos palabritas y más acción.
Que a mí no me gusta vivir de "compensaciones" y si me quieres seguir quitando los calzones vas a tener que ponerte las pilas, querido.

D
12/2/11

1 comentario:

Ana María Mesa Villegas dijo...

Esa última frase de tu post me parece que habría que hacerla en punto de cruz, enmarcar el dechado resultante y usarlo como reemplazo del que dice home sweet home.